Antes aquí y allá;  antes de esto y aquello,  antes del norte, o  Derecha y  izquierda; ante el pasado y el futuro,  y ante el tiempo, seres y formas... ante todo, todo en el mundo-los átomos, miradas e instantes se malaxaban en una misma cosa. Puede ser eso lo que incita a los cuerpos a sumergirse en esa naturaleza primordial, a mezclarse ya querer ser el otro. Es esta búsqueda de lo viejo lo que crea el conflicto, y eso, de alguna manera, solo por promover la danza.
“La misma cosa” es el encuentro de dos cuerpos, sujetos a la regla del tiempo jugando a deslizarse por una espiral continua, multifacética e interminable; es un pulso de fuerzas gravitatorias en el que cada uno es el sol del otro, y finalmente la posibilidad de armonía en un universo donde todo tiende a derrumbarse, a romperse ya distanciarse de la parte que alguna vez fue el todo de su otra mitad.